sábado, 25 de mayo de 2013

Aquí el que no corre vuela; sociedad española generalizada.

Parece ser que si dedicamos un momento a mirar atrás en la historia, nos damos cuenta de que el curso del tiempo se va repitiendo. Y a pesar de esto somos tan estúpidos que no corregimos los errores. Aunque claro que puede pasar que los que están ahí arriba quieran que no sepamos que errores que cometimos.

Hoy me voy a dedicar a hacer un análisis de los tres tipos más numerosos de gente que nos encontramos cuando después de cientos y cientos de años, y repeticiones constantes de lo mismo, sigue habiendo en épocas de crisis de régimen como la que sufrimos ahora mismo.

Como no, el primer grupo es el de aquellos que parece que lo manejan todo, y que la mayoría de los de abajo creemos que nadie puede quitarles ese poder. El grupo de "personas" que se dedican a hacerte pagar dos veces por la sanidad "pública" o te quitan profesores que no puedan explicarte cómo antes en la historia hubo indicios de cómo acabar con estos chorizos económicos y morales, y todo para seguir teniendo sus privilegios burgueses que rezuman injusticia social. Y por supuesto aquí están también los que gozan del resultado de esta actividad, que muchas veces son los del segundo grupo.

Un poquito más abajo, como si se tratase de una pirámide, nos encontramos otra gente que sufren en más o menos nivel los estragos de los señoritos de la cúspide, pero que, viva la ironía, se dedican a "robarle el material al de al lado en vez de construir un muro el doble de fuerte". Con esta metáfora me refiero a esa gente que en época de miseria en vez de dedicarse a ayudar al vecino se preocupa por "echar una carrera" para no ser el que tenga que mojarse el culo. Esa gente que si tiene que hacer pasar por un mal peor a otro para conseguir salvar un poco su situación lo hace. O simplemente el que como no lo sufre demasiado pasa por alto y le "resbala" el estado de los demás. El puro hipócrita, el magnánimo "cara dura" e insolente. El que no aprende y el que en caso de una obtención del beneficio ajeno, es el que va a estar en la fila para obtener su parte sin haber colaborado. Y aquí es donde se encuentra la grandiosa mayoría, por desgracia, de la población de España, y es la que evita por egoísmo e ignorancia, que podamos acabar con esta situación.

Y por último nos encontramos en la base al grupo de gente que en mi opinión es el más o menos lucido. El que se da cuenta de que algo hay que cambiar, el que grita, el que se queja, el que se niega, el que muestra la discordia necesaria para conseguir la armonía lógica de la sociedad. El humano que se preocupa y que tiende la mano, el compañero y el amigo.

Entonces, planteo yo, ¿por qué nosotros, que somos o al menos intentamos ser esa base porque es un orgullo serlo, no intentamos tirar a la cúspide que es la que se tumba gloriosa sobre nuestras cabezas? Concienciar a los egoístas a que vean que todos podemos tener un bienestar, que con el sedentarismo no se consigue más que incrementar el dolor, que con mirar a otro lado no se solucionan los problemas. Todo esto para que algún día podamos culminar la misión justa que iniciaron muchos antes y acabar con la repetición desidiosa de los errores pasados.

martes, 22 de enero de 2013

Bifobia encubierta.

Hoy en día las personas pensamos que el tema de la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad están más que visibilizados y respetados conforme hace unos años, incluso en los grupos de gente que podemos intentar calificarnos de tolerantes y respetuosos.

Pero la realidad es más bien distinta, comenzando porque las agresiones contra este colectivo siguen ejecutándose, y continuando por la LGTBIfobia y discriminación encubierta que llevamos muchas veces en nosotros mismos sin darnos cuenta, y a cualquier ambiente que podamos imaginarnos.

En esta entrada me voy a ceñir, ya que ha sido por la causa, de la bisexualidad y la bifobia oculta, y no tan oculta, que ataca a las personas de este grupo. Si ya bien es conocido, y si no os lo doy a conocer, los bisexuales son un sector más que invisibilizado y discriminado con mayor intensidad tanto fuera como dentro del colectivo LGTBI.

Una de las pruebas que pueden argumentar esta afirmación es un caso muy poco hablado y que tiene como forma una pregunta con respuestas comunes entre sí: “¿Tendrías una relación con una persona bisexual?”.

Y lo que puede parecer una cuestión con sencilla contestación no es así. A priori cualquiera podríamos pensar que no tenemos nada en contra de la bisexualidad pero sin embargo ante esta pregunta mucha gente responde negativamente.

Una de las razones de esto es la íntima e injusta relación que se ha establecido entre bisexualidad y vicio, creyendo que los bisexuales no son capaces de mantener una relación sin infidelidad. Además a esto se le añade la moralidad que se le aplica a ese llamado “vicio” a querer, amar, besar, o simplemente tener sexo con mujeres y hombres.

No nos engañemos. En el momento en el que cuestionamos la indiferencia en cualquier ámbito entre todas las persona independientemente de la orientación o identidad sexual es una fobia.

Por tanto concluyo con la opinión de que debemos poner de nuestra parte para identificar estos rechazos y darnos cuenta de que tienen un origen incoherente, y aumentar la formación de los ciudadanos para promover la justa igualdad entre todos independientemente, no sólo de estos, sino de cualquier factor discriminatorio.